El euro y la libra esterlina cayeron frente al dólar, cuya demanda se recuperó rápidamente tras conocerse que la inflación estadounidense no había descendido en marzo de este año. Este tipo de acontecimientos no ha hecho sino agravar los problemas y crear una serie de obstáculos adicionales en el camino de la Reserva Federal hacia la relajación de las condiciones de política monetaria este verano.
Los datos publicados el miércoles mostraron que los precios subieron por tercer mes consecutivo. Los precios al consumo, excluidos los alimentos y la energía, fueron especialmente dolorosos, con un aumento del 0,4% respecto a febrero y del 3,8% respecto al año anterior. El tercer mes consecutivo de crecimiento podría cambiar las reglas del juego en un futuro próximo, lo que afectaría gravemente al equilibrio de fuerzas en el mercado.
Los inversores ven ahora probable que se produzcan menos de dos recortes de las tasas de interés este año. Y aunque una pequeña proporción de funcionarios de la Fed sigue apostando por tres o más recortes de las tasas a finales de este año, la falta de avances en la reducción de la inflación corre el riesgo de aplazar los futuros recortes durante un periodo más largo de tiempo, o de limitar la capacidad de la Fed para recortar las tasas en absoluto en un futuro próximo.
Está claro que la historia de la desinflación estancada ya no puede describirse como un fenómeno temporal, y seguramente nos lo dirán pronto los funcionarios de la Reserva Federal, cuyos discursos de esta semana son abundantes.
Incluso si la inflación cae a un nivel más cómodo el mes que viene, es probable que la Fed se muestre aún más cautelosa, lo que pondría en peligro la bajada de las tasas de julio. Una falta total de avances podría trasladar los cambios de política a este otoño, momento en el que habrá muchas interferencias de los políticos en las actuaciones del banco central debido a las elecciones presidenciales de EE.UU., lo que dificultará aún más la tarea del comité.
Algunos economistas ya han empezado a decir que si la Fed no recorta las tasas para junio o julio, la flexibilización de la política monetaria tendrá que posponerse hasta 2025. Dada la estabilidad de la inflación, la solidez de la economía, la fortaleza del mercado laboral y las elecciones presidenciales, este tipo de expectativas tienen todas las de ganar.
Recordemos que durante los últimos discursos, el presidente de la Fed, Jerome Powell, y otros responsables políticos han dicho que no quieren empezar a recortar las tasas hasta que estén razonablemente seguros de que la inflación de Estados Unidos se está moviendo hacia el objetivo del 2% del banco central de manera sostenible. Los funcionarios también han señalado repetidamente la fortaleza de la economía y del mercado laboral, que añadió más de 300.000 puestos de trabajo en marzo.
En cuanto al panorama técnico actual del par EUR/USD, el euro está claramente en apuros. Ahora mismo, los compradores deben pensar en tomar el nivel de 1,0755. Sólo esto permitirá apuntar a la prueba de 1,0780. Desde allí es posible subir a 1,0800, pero será bastante problemático hacerlo sin el apoyo de los grandes operadores. El objetivo más lejano será el máximo de 1,0830. Si el instrumento de negociación baja sólo alrededor de 1,0730, espero alguna acción seria de los grandes compradores. Si no hay nadie, sería bueno esperar a que se actualice el mínimo de 1,0690, o abrir posiciones largas desde 1,0660.
En cuanto al panorama técnico actual del par GBP/USD, los alcistas deben superar la resistencia más cercana a 1,2555. Esto les permitirá apuntar a 1,2590, por encima del cual será bastante problemático superarlo. El objetivo más lejano será 1,2630, tras lo cual podemos hablar de una ruptura al alza más pronunciada de la libra hasta 1,2665. Si el par cae, los osos intentarán tomar el control de 1,2520. Si lo consiguen, una ruptura del rango asestará un duro golpe a las posiciones de los alcistas y empujará al par GBPUSD al mínimo de 1,2480 con la perspectiva de alcanzar 1,2450.