El Banco de Japón llevó al yen a un mínimo de varias décadas (y al USD/JPY a su nivel más alto) cuando anunció que mantendrá las tasas de interés sin cambios y realizará operaciones diarias para garantizar un objetivo cercano a cero para los rendimientos de los bonos a 10 años.
Sin embargo, esta decisión exacerbará la divergencia de rendimiento global que ha llevado al yen a su nivel más bajo desde principios de la década de 1970.
El Banco de Japón cree que la economía central de Japón es demasiado frágil para endurecer la política monetaria, pero esto podría molestar a los políticos y al público, ya que un yen débil hace subir el precio de los bienes importados.
"El BOJ no solo reafirmó su postura moderada. Duplicó su defensa del control de la curva de rendimiento al comprometerse con compras diarias [de bonos], fortaleciendo efectivamente la narrativa de divergencia de políticas", dijo Benjamin Shatil, estratega de FX en JPMorgan.
Como era de esperar, muchas industrias y empresas ven la caída del yen como negativa, especulando que una mayor caída desencadenará una intervención verbal para evitar una caída demasiado pronunciada y repentina.
Pero los analistas se preguntan si las autoridades harían tal esfuerzo, dada la baja probabilidad de éxito. Mansoor Mohi-uddin, economista jefe del Banco de Singapur, dijo que es poco probable que el BOJ cambie su postura moderada hasta que Haruhiko Kuroda se jubile en abril de 2023.