El yen japonés ha alcanzado recientemente un mínimo de 20 años frente al dólar estadounidense. Operar por encima de los 135 yenes por dólar fue una señal alarmante para los funcionarios financieros japoneses.
El yen sigue cayendo ya que la política monetaria ultralaxa del Banco de Japón difiere mucho de la postura agresiva de sus contrapartes extranjeras.
A pesar de las crecientes presiones inflacionarias, el regulador japonés mantiene la tasa de interés sin cambios para estimular la economía afectada por la pandemia.
A diferencia del BOJ, el banco central estadounidense está al frente del endurecimiento monetario. La Fed está a punto de subir la tasa por tercera vez este año.
Las expectativas del mercado de medidas más agresivas por parte de la Fed se han intensificado después de que se publicaran los datos de inflación el viernes.
La Fed tiene previsto anunciar otra subida de tipos este miércoles. Es muy probable que debido a un rápido aumento de los precios al consumidor en mayo, el regulador aumente la tasa directamente en 75 puntos básicos en lugar de 50.
En medio del shock inflacionario y el aumento del sentimiento agresivo, los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. recibieron un impulso y el dólar estadounidense logró fortalecerse en todos los ámbitos.
Presionado por estos factores, el yen continuó cayendo frente al dólar el viernes y alcanzó un nuevo mínimo de 20 años de 135.
Desde principios de año, la moneda japonesa ha perdido casi un 15% frente a su rival estadounidense. Este es el peor desempeño entre la canasta de las principales monedas.
Además, el yen continuó depreciándose frente a otras monedas importantes. Por ejemplo, cayó a un mínimo de 7 años frente al euro y al dólar australiano a principios de mes.
Una depreciación tan fuerte del yen hizo que los funcionarios japoneses y el BOJ emitieran una rara declaración conjunta el viernes.
Las autoridades expresaron su preocupación por la fuerte caída del yen que intensificó la especulación sobre posibles intervenciones cambiarias.
Al comienzo de la semana, el gobierno japonés continuó discutiendo la respuesta al debilitamiento del yen. El secretario en jefe del gabinete, Hirokazu Matsuno, dijo que "es deseable que los tipos de cambio se muevan de manera estable, reflejando los fundamentos económicos. Pero recientemente ha habido fuertes caídas del yen, lo que nos preocupa".
"Estamos listos para responder adecuadamente según sea necesario mientras nos comunicamos estrechamente con las autoridades monetarias de cada país", señaló.
Los analistas advierten que el mayor debilitamiento del yen tiene un efecto mixto en la economía de Japón. Por un lado, perjudica a los hogares locales pero, por otro, es bueno para apoyar las exportaciones.
Este último representa una amenaza para otras economías asiáticas que corren el riesgo de perder competitividad de sus exportaciones.