Mientras la variante delta del coronavirus avanza por todo el mundo y la inflación aumenta, las esperanzas para el desarrollo y el crecimiento de la economía mundial se están desvaneciendo rápidamente. Los índices bursátiles, los precios del petróleo y los rendimientos de los bonos del gobierno de Estados Unidos ya han caído.
Al comienzo del brote del coronavirus se desarrolló un escenario similar. Los inversores se apresuraron a vender acciones de empresas que sufrieron pérdidas por la introducción de las restricciones de cuarentena. Al mismo tiempo, comenzaron a comprar bonos del gobierno y acciones de empresas que podrían beneficiarse de la transición del personal al trabajo remoto.
Mientras tanto, los precios del petróleo bajaron después de que los países exportadores acordaran aumentar la producción.
Todas las principales acciones se desplomaron: el Dow Jones Industrial Average perdió un 2,1%, el S&P 500 cayó un 1,6% y el NASDAQ Composite cayó un 1,1%. Las acciones de American Airlines Group y United Airlines se desplomaron entre un 4% y un 6%, mientras que Marathon Oil y Diamondback Energy perdieron un 5%. El rendimiento del bono de referencia del Tesoro a 10 años registró su mayor caída desde mediados de febrero, 1,18%. Los contratos de futuros de Brent se desplomaron un 6,8%.
Candice Bangsund de Fiera Capital reconoce que la nueva variante del coronavirus pospondría el crecimiento económico, lo que a su vez podría brindar a los inversores la oportunidad de comprar acciones de compañías de petróleo y gas, así como de empresas manufactureras y financieras, a un precio más bajo.
La confianza del consumidor aumentó tras la reapertura de empresas, el creciente número de personas vacunadas, así como del apoyo del gobierno a empresas y particulares. Mientras tanto, el aumento de la inflación está afectando la confianza del consumidor, lo que afecta la disposición de las personas a gastar dinero.
A pesar de las altas tasas de vacunación, los países siguen luchando por controlar el brote. En este sentido, los inversores están rebajando sus expectativas de crecimiento económico. Algunos participantes del mercado temen que, debido a los precios más altos y la disminución del consumo, la inflación pueda acelerarse. Esto, a su vez, provocará nerviosismo en el mercado.
Las preocupaciones por la recuperación económica provocaron turbulencias en los mercados no solo de Estados Unidos, sino también de todo el mundo. Por lo tanto, el STOXX Europe 600 cayó un 2,3% junto con las acciones de turismo y materias primas. En cuanto al mercado asiático, el índice Hang Seng cayó un 1,8% en medio de una caída en las acciones de Alibaba y Tencent, y el Nikkei 225 bajó un 1,3%. Indonesia y Australia informaron sobre un aumento en los casos de la variante Delta.
Los expertos del mercado sugieren que la rápida propagación de COVID-19 y las bajas tasas de vacunación en Asia están afectando el sentimiento de los inversores, instándolos a trasladar sus inversiones de Asia a mercados en países con tasas de vacunación más altas.