FX.co ★ China teme al Bitcoin y hace todo lo posible por hundirlo: el BTC está completamente fuera del control de ellos

China ha ejercido una enorme presión sobre el Bitcoin y otras altcoins después de prohibir que los mineros operen en su territorio y después de prohibir a las empresas chinas de criptomonedas y a los operadores de bolsa que realicen transacciones relacionadas con la criptomoneda. Esto ha provocado una tormenta de emociones negativas y ha sido el elemento catalizador para que el Bitcoin esté en el limbo y no haya forma de salir del mercado bajista.

¿Por qué para China no es rentable el Bitcoin y quiere deshacerse por todos los medios de la criptomoneda número uno? China lleva mucho tiempo trabajando en su moneda digital nacional, el yuan, y teme el rápido crecimiento de las criptomonedas, que están fuera del ámbito legal, no son rastreables y están totalmente descentralizadas.

Así pues, China no se beneficia de las criptomonedas en su territorio. El yuan digital podría convertirse en la primera moneda digital estatal del mundo, por lo que la presencia del Bitcoin en China podría ensombrecer su desarrollo y demanda. El Banco Popular de China lleva más de un año probando el yuan digital. Si todo va según lo previsto, podría lanzarse y convertirse en un medio de pago oficial este mismo año.

Con el rechazo total a las criptomonedas, el Banco Popular de China se sentirá como pez en el agua. Asimismo, tras renunciar a la criptomoneda, abandonarán gradualmente el dólar, reduciendo así la dependencia de China de la moneda fiduciaria estadounidense, protegiéndose de posibles sanciones monetarias internacionales.

Una moneda digital propia de China permitiría al país controlar su economía y le daría una ventaja bastante fuerte y avanzada para manipularla, controlando así el gasto en yuanes entre los chinos.

Sin embargo, no todo es tan claro en China. Las cosas podrían ir mal si los ciudadanos chinos no quieren usar el yuan y se saltan la ley para comprar criptomonedas. Por otra parte, las criptomonedas, que no se pueden rastrear ni regular, están totalmente descentralizadas, suponen una enorme amenaza para el Partido Comunista Chino y ponen en peligro la estabilidad financiera del país.