En noviembre, la actividad empresarial estadounidense avanzó a niveles históricos por primera vez en cinco años. Al mismo tiempo, Europa informó sobre sólidas cifras de PIB en Alemania. Además, el índice de clima empresarial Ifo superó los pronósticos. Sin embargo, según IHS Markit, la actividad de negociación de la eurozona se redujo a un mínimo de 6 meses. La caída se debió a los malos resultados del sector de servicios. Francia publicó cifras aún más débiles. Cabe destacar que su economía es una de las más grandes de la eurozona. Es por eso que el euro no logró romper el nivel de 1,19 en medio de la caída del dólar estadounidense.
Sin embargo, los compradores del euro se sintieron alentados por la noticia sobre la transición del poder al presidente recientemente electo Joe Biden. Según el análisis técnico, el par euro/dólar puede volver a probar el nivel de 1.19. Hoy, el par rompió este nivel. Sin embargo, se desconoce si el precio es capaz de consolidarse por encima de 1.19 para subir a 1.20.
Descubramos la principal razón de estas diferencias en las cifras de actividad empresarial en Estados Unidos y Europa. En primer lugar, el confinamiento. Las nuevas medidas de cuarentena dieron lugar a una caída en el sector de servicios europeo. El indicador tocó los mínimos registrados en abril. Sin embargo, el número de nuevos casos de coronavirus está disminuyendo en Francia, Italia y otros países de la eurozona.
En Estados Unidos, la cantidad de casos confirmados de COVID-19 está aumentando. Todos los días, podemos ver noticias de que Estados Unidos planea imponer medidas restrictivas. Sin embargo, de hecho, esto difícilmente sucederá. La economía del país se verá menos dañada sin confinamientos.
En particular, Estados Unidos publicó solo datos preliminares para noviembre. Por tanto, es demasiado pronto para sacar conclusiones. La situación se aclarará a principios de diciembre, ya que Estados Unidos dará a conocer una gran cantidad de informes macroeconómicos. Es probable que la actividad comercial del país aumente si disminuye el aumento en el número de casos de coronavirus. Además, la ausencia de confinamientos también puede contribuir a una mayor actividad comercial.
En Europa, la incidencia de casos de COVID-19 está disminuyendo. Esto significa que las medidas de contención podrían aflojarse pronto, lo cual apoyará tanto la actividad empresarial como el sector de servicios. Además, el BCE ha prometido ampliar su paquete de estímulo en diciembre. Por tanto, la actividad del consumidor puede empezar a subir.
Las medidas de cuarentena impuestas en medio de la pandemia llevaron a una gran caída en la demanda y los precios. El alza de los precios es realmente lenta. Esto significa que las personas evitan comprar muchos productos. Por ejemplo, antes del brote, la inflación estadounidense estaba cerca del 2%. En abril y mayo, el aumento de los precios fue casi nulo debido al confinamiento y la demanda en declive. Sin embargo, en julio, la inflación volvió a avanzar.
Sin embargo, en la eurozona, la situación es un poco peor. Durante los últimos diez años, la inflación de la eurozona ha entrado en territorio negativo tres veces. Los precios al consumidor comenzaron a caer en medio de la primera ola de coronavirus. A principios de noviembre, la inflación era del -0,3%.
Es evidente que existen razones de preocupación. La inflación negativa causa más problemas que la más baja posible, pero sigue positiva. Además, apenas se podía ver una dinámica positiva. La caída de los precios al consumidor puede tener consecuencias desastrosas.