El dólar neozelandés continuó su tendencia a la baja, situándose alrededor de $0.572 el martes, cerca de su punto más bajo en una semana. Esta caída está influenciada por la anticipación de una política monetaria más relajada por parte del Reserve Bank of New Zealand (RBNZ) y las inminentes tarifas recíprocas de Estados Unidos, lo que representa un desafío para la moneda dependiente de las exportaciones. El anuncio del presidente de los Estados Unidos, Trump, incluyó aranceles sobre automóviles, productos farmacéuticos y otros sectores, aunque indicó que algunos países podrían ser elegibles para exenciones o reducciones, potencialmente tan pronto como el 2 de abril. A nivel nacional, aunque los datos del PIB de la semana pasada fueron sólidos, el mercado todavía espera medidas adicionales de flexibilización por parte del banco central. Los responsables de la política, durante su reunión de febrero, sugirieron dos recortes de tasas de interés de 25 puntos básicos cada uno en abril y mayo, con la posibilidad de un tercer recorte más tarde en el año. En una nota más positiva, el dólar neozelandés podría recibir apoyo de los anticipados estímulos fiscales en China destinados a impulsar el consumo; dado el importante papel de China como socio comercial, tales medidas podrían aumentar potencialmente la demanda de exportaciones de Nueva Zelanda.