Las previsiones del FMI indican que la economía de los países de la región MENA alcanzará un notable 4% en 2025, siempre y cuando, por supuesto, las tormentas del petróleo se apacigüen y las nubes geopolíticas se disipen. Al parecer, el futuro financiero de esta región está estrechamente ligado al arte de encontrar el equilibrio perfecto entre numerosos conflictos y la industria del petróleo.
El año en curso promete ser menos generoso, con un crecimiento de solo el 2,1%, lo que el FMI califica con benevolencia como “modesto.” Esto es menor en comparación con años anteriores, en gran parte debido a los prolongados desacuerdos entre Israel y Hamás y, cómo no, a la OPEP+, que sigue disfrutando del juego de “adivina cuánto petróleo vamos a producir.”
Jihad Azour del FMI apenas puede contener su entusiasmo al enfatizar que la “buena noticia” de todo esto es la inflación en descenso, que se espera llegue al 3% el próximo año, excluyendo, por supuesto, a algunos países rebeldes como Egipto, Irán y Sudán.
En cuanto a los países exportadores de petróleo, parecen estar en una posición más estable que los demás, ya que el crecimiento “fuerte” en el sector no petrolero delinea un futuro económico más prometedor para toda la región.
En el Golfo Pérsico, este año se observa un panorama interesante: mientras que las perforaciones petroleras disminuyen su ritmo, los programas de inversión, según las autoridades, están creciendo exponencialmente, estimulando la demanda interna y el optimismo económico.
Mientras tanto, los importadores de petróleo en la región siguen en una zona de riesgo elevado debido a la inestabilidad y a sus altas necesidades financieras, lo que hace que su futuro no sea tan claro como podría ser.
No es de extrañar que, a pesar de las previsiones positivas, el FMI no oculte su escepticismo, señalando “desajustes estructurales” que probablemente continuarán frenando el crecimiento de la productividad en muchas economías de la región durante todo el período proyectado. Desde enero de 2024, el FMI ha decidido no escatimar y ha aprobado la asignación de 13,4 mil millones de dólares para nuevos programas en los países de la región. Así que parece que el fondo está tomando medidas serias para intentar asegurar un futuro brillante para todos.