El par dólar-yen sigue cayendo en un contexto de debilitamiento general del billete verde y de fortalecimiento de los sentimientos contrarios al riesgo. Hoy el par ha puesto a prueba la cifra de 141, y no cabe duda de que la divisa japonesa se consolidará en esta zona de precios y se dirigirá hacia la próxima barrera de precios de 140,50 (límite inferior de la nube Kumo en el marco temporal W1).
El actual trasfondo fundamental favorece un mayor desarrollo de la muralla sur del par usd/jpy. Los ánimos de pánico en los mercados, el crecimiento de la tensión geopolítica, las expectativas moderadas con respecto a las acciones de la Fed, la subida de las tasas de interés por parte del Banco de Japón - el par está siendo llevado a la baja a la zona de la cifra 140 en estas ballenas. Y según todas las apariencias, esta locomotora no se detendrá en un futuro próximo, sino que sólo ganará impulso.
Oriente Medio y el sector no agrícola son los principales detonantes, gracias a los cuales el yen está reforzando su posición como instrumento defensivo. El efecto dominó tras el informe del viernes ha aumentado la presión sobre el índice del dólar y, en consecuencia, sobre el par usd/jpy.
Como sabemos, el viernes pasado conocimos los datos claves del mercado laboral estadounidense. El informe fue un fracaso en todos los aspectos: el desempleo aumentó al 4,3% (el valor más alto desde octubre de 2021; el crecimiento se registró por cuarto mes consecutivo), el número de empleados en el sector no agrícola aumentó en solo 114 mil (la tasa de crecimiento más débil del indicador desde diciembre de 2020), y el nivel de ganancias promedio por hora se desaceleró al 3,6% (la tasa de crecimiento más débil del indicador desde mayo de 2021).
El día anterior a la publicación de las nóminas no agrícolas, se publicó el índice ISM manufacturero, que no sólo se mantuvo en territorio de contracción (46,8), sino que también alcanzó su nivel más bajo en 8 meses. También en este caso se observa una tendencia a la baja: el índice no ha dejado de bajar por cuarto mes consecutivo.
Con estos decepcionantes resultados como trasfondo, los mercados han acentuado el temor a que EE.UU. se acerque a la recesión. Tales especulaciones han sacudido los mercados de renta variable. Por ejemplo, los futuros del Nasdaq 100 cayeron más de un 6,5% en las operaciones asiáticas, mientras que los del S&P 500 y el Euro Stoxx 50 bajaron un 3%. El Stoxx Europe 600 ha bajado un 2% esta mañana, al igual que el índice FTSE 100. Las bolsas japonesa y de otros países asiáticos también han empezado a caer en medio del colapso de los mercados mundiales. En particular, el índice bursátil japonés Nikkei-225 perdió más de 3.000 puntos al inicio de la sesión europea del lunes. Y el índice de la Bolsa de Tokio cayó casi un 10% (un récord desde el "Lunes Negro" de 1987).
Las expectativas exageradas de la inteligencia artificial también desempeñaron su papel en el panorama negativo general. Y los últimos informes macroeconómicos publicados en EE.UU. provocaron un desplazamiento masivo de los beneficiarios del sector tecnológico hacia las empresas que más se beneficiarán de la bajada de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal (principalmente estos valores de empresas de pequeña capitalización).
En otras palabras, el fracaso del Nonfarms agitó el mercado, y uno de los beneficiarios de esta situación fue el yen, que está reforzando sus posiciones no sólo por el creciente sentimiento contrario al riesgo, sino también por la inesperada decisión del Banco de Japón, que subió las tasas de interés la semana pasada.
Mientras tanto, siguen reforzándose las expectativas pesimistas sobre las nuevas medidas de la Reserva Federal. Según los datos de CME FedWatch, la probabilidad de un recorte de tasas de 50 puntos en septiembre subió hoy al 94,5%. Además, los participantes en el mercado estiman en un 66% la probabilidad de un recorte adicional de 25 puntos en la reunión de noviembre.
El rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años cayó casi 40 puntos básicos durante la semana, hasta un mínimo de un año del 3,79%, lo que refleja las expectativas moderadas de los participantes en el mercado. Esta situación está sometiendo al billete verde a una presión extrema.
La geopolítica también está echando leña al fuego. Según el portal Axios, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, advirtió a sus colegas de los países del G7 de que el ataque de Irán y Hezbolá contra Israel puede comenzar en las próximas 24 horas. El propio Teherán no confirma, pero tampoco desmiente tal información. Según representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Islámica, Irán está en contra de la escalada del conflicto en la región, "pero Israel debe ser castigado por el asesinato de Ismail Haniyeh".
El viceconsejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jonathan Feiner, afirmó que Estados Unidos desplegaría tropas en Oriente Próximo, en particular aviones de combate. Según Washington, tal medida lograría la desescalada. Pero muchos analistas dudan de que la distensión llegue pronto. Sobre todo con el trasfondo de las últimas noticias: hoy se ha sabido que el ejército israelí eliminó también al ministro de Economía de Hamás, Abed al-Zeriei.
La amenaza de una tormenta regional está asustando a los operadores, literalmente. El llamado "indicador del miedo", es decir, el índice VIX, subió al nivel más alto desde la crisis bancaria regional en EE.UU. el año pasado.
Por lo tanto, el trasfondo fundamental actual favorece una mayor caída del precio del par usd/jpy. Los objetivos más próximos del movimiento hacia el sur son 141,00 y 140,50 (límite inferior de la nube Kumo en el marco temporal W1).