Informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

Y mientras los compradores de activos de riesgo, incluidos el euro y la libra esterlina, adoptaban una actitud de espera, el informe de ayer de la OCDE fue la cucharada de alquitrán en el barril de miel de noviembre. "Las economías avanzadas del mundo se encaminan hacia una desaceleración mayor, ya que las elevadas tasas de interés están pasando una enorme factura a la actividad económica, que podría deteriorarse aún más en un futuro próximo", señala el informe publicado.

Según la OCDE, el crecimiento económico está perdiendo impulso en muchos países y es improbable que se acelere hasta 2025, cuando los ingresos reales se recuperen de un choque inflacionista y los bancos centrales empiecen a reducir los costes de endeudamiento. Según las previsiones publicadas, el producto interior bruto mundial crecerá sólo un 2,7% el próximo año, tras un ya débil 2,9% en 2023. La estimación media de los economistas es que el crecimiento sólo repuntará hasta el 3% en 2025.

Además, la OCDE dijo que los riesgos se han desplazado hacia abajo en medio de un aumento de las tensiones geopolíticas, una perspectiva comercial incierta y que la política monetaria restrictiva podría perjudicar más a las empresas al afectar el gasto de los consumidores y el empleo a nivel mundial.

"Sí, la inflación está cayendo, pero el crecimiento económico también se está ralentizando", dijo la economista jefe de la OCDE, Claire Lombardelli, en un comunicado. "Prevemos un aterrizaje suave para las economías avanzadas, pero está lejos de estar garantizado". La organización cree que las sombrías perspectivas de la economía mundial están directamente relacionadas con la crisis inflacionista mundial, provocada por la pandemia de Covid, y el aumento de los precios de la energía.

Según la OCDE, aunque la inflación básica ha bajado, los indicadores de precios básicos siguen siendo bastante volátiles, lo que obliga a mantener la política monetaria en niveles restrictivos hasta que haya señales claras de que las presiones básicas han disminuido. La organización se muestra confiada en que no se produzcan recortes de tasas hasta la segunda mitad de 2024, y en la mayoría de las economías avanzadas los costes de endeudamiento caerán gradualmente.

"En EE.UU., los recortes de las tasas no comenzarán hasta la segunda mitad de 2024, y en la eurozona no hasta la primavera de 2025 como muy pronto", señala el informe. Esto contrasta con las expectativas del mercado, que actualmente estiman que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo relajarán su política ya en la primera mitad del próximo año.

La OCDE señaló que, en general, los mercados emergentes están obteniendo mejores resultados que las economías avanzadas. Entre estas últimas, Europa va a la zaga de EE.UU., en parte porque los países de ese continente son más sensibles a las tasas de interés al depender más de la financiación bancaria. La OCDE también advirtió que, a medida que aumenta el coste del servicio de la deuda pública, muchos gobiernos se enfrentan a unas perspectivas financieras difíciles. Según el informe, los países deben hacer mayores esfuerzos en un futuro próximo para satisfacer las necesidades de una población que envejece y del cambio climático.

En cualquier caso, hay cierto optimismo en el informe publicado, pues ya no hay señales desalentadoras de un inicio abrupto de la recesión ni predicciones de un aterrizaje brusco. Si las economías desarrolladas aguantan uno o dos trimestres más, mostrando resistencia en un contexto de elevadas tasas de interés, con la inflación volviendo a la dirección correcta, se podrá afirmar que la postura y las decisiones de los reguladores en 2022 fueron las más acertadas, a diferencia de la forma en que actuaron tras el fin de la pandemia de coronavirus.

En este contexto, los activos de riesgo conservan un potencial alcista. En cuanto al panorama técnico actual del par EUR/USD, los compradores necesitan mantenerse por encima de 1,0960 para mantener el control, lo que permitirá romper a 1,1000. Desde este nivel es posible subir a 1,1020, pero será bastante problemático hacerlo sin el apoyo de los grandes operadores. El objetivo más lejano será el máximo de 1,1060. En el caso de un retroceso del instrumento comercial, sólo en la zona de 1,0960 espero alguna acción seria de los grandes compradores. Si no hay nadie, sería bueno esperar a que se actualice el mínimo en 1,0930, o abrir posiciones largas desde 1,0895.

La libra esterlina sigue asaltando activamente los máximos mensuales, pero aún no ha conseguido superarlos. Será posible contar con un mayor fortalecimiento del par GBP/USD sólo después de controlar el nivel de 1,2730. Una consolidación en este rango reforzará el potencial alcista con una salida hacia un nuevo máximo local de 1,2760, dejando la esperanza de una actualización de 1,2800. Después de eso, podemos hablar de una ruptura al alza más pronunciada de la libra hasta 1,2840. Si el par cae, los osos intentarán tomar el control de 1,2660. Si lo consiguen, una ruptura del rango asestará un golpe a las posiciones de los toros y empujará al par GBPUSD al mínimo de 1,2610 con la perspectiva de alcanzar 1,2560.