¿Qué elegir: oro o bonos?

El sentimiento en el mercado del oro se ha vuelto más optimista. Debido a la creciente incertidumbre geopolítica, la demanda de activos refugio aumentó aún más y los precios del metal precioso volvieron a alcanzar los 2.000 dólares por onza.

Los operadores deberían buscar apoyo en torno a los 1.950 dólares por onza.

Pero existe una gran posibilidad de que los 2.000 $ se conviertan en una resistencia a corto plazo, ya que la rentabilidad de los bonos estadounidenses se mantiene justo por debajo del 5%.

El movimiento del precio del metal amarillo es objeto de una batalla entre dos fuerzas opuestas. Por un lado, la inestabilidad geopolítica y la amenaza de que el conflicto en Israel y Gaza pueda envolver a toda la región siguen impulsando la demanda del metal precioso. Por otro, tras la publicación de unos datos económicos estadounidenses mejores de lo previsto, que provocaron un fortalecimiento inmediato del dólar, los rendimientos de los bonos del Tesoro se vieron respaldados y el oro, cuyo rendimiento era inferior al esperado, perdió atractivo.

Con los rendimientos de los bonos en torno al 5%, los bonos del Tesoro estadounidense podrían convertirse en un atractivo activo refugio y competir con el metal precioso.

También conviene recordar que el enfoque agresivo de la Fed sigue siendo un riesgo para el metal precioso. Existe la posibilidad de que el banco central estadounidense mantenga sin cambios las tasas de interés la próxima semana. Sin embargo, se espera que una postura agresiva que mantenga las tasas altas durante más tiempo continúe apoyando el aumento de los rendimientos de los bonos y el fortalecimiento del dólar estadounidense, que son dos vientos tradicionales en contra para el oro.

Y aunque la Reserva Federal no tiene previsto recortar las tasas en un futuro próximo, el final del ciclo de endurecimiento de las tasas proporciona cierto apoyo para el oro en el futuro.

Pero la correlación negativa entre el oro y el rendimiento de los bonos puede seguir siendo débil a medida que los inversores empiecen a centrarse en los posibles problemas de la deuda estadounidense.

La deuda estadounidense de 33 billones de dólares es una buena razón para preguntarse si merece la pena mantener bonos del Tesoro en estos momentos.