Según los datos publicados ayer, la tasa de desempleo en Rusia ha bajado del 3,1% al 3%. Se trata de una tasa de desempleo récord. Y los salarios reales aumentaron un 10,5% interanual.
El crecimiento de los salarios reales fue más lento que el 13,3% de mayo, pero sigue estando muy por encima de la previsión del 8,3% de los analistas.
La escasez de mano de obra se vio agravada por la movilización militar de Rusia el año pasado y el hecho de que cientos de miles de personas abandonaran el país. El sector de las tecnologías de la información se vio especialmente afectado.
Según los expertos, las empresas de defensa trabajan las veinticuatro horas del día, por lo que el sector militar ha desviado trabajadores de otras partes de la economía, con escasez en la industria ligera, química, alimentaria y otros sectores.
Pero hay una buena noticia tanto para el país como para el Banco Central: la inflación se ha ralentizado hasta el 0,03% desde el 0,09%.
La inflación en Rusia empezó a subir en junio del año pasado. Los precios casi se han duplicado. La debilidad del rublo también ha provocado una subida de los precios de los productos importados.
En el último mes, Vladimir Putin ha abordado en dos ocasiones el tema de los crecientes riesgos de inflación, instando al Gobierno y al Banco Central a mantener la situación bajo control.
Desde finales de julio, el Banco ha subido dos veces la tasa de interés en un intento de estabilizar el rublo.
Frenando así la inflación. Y si es necesario, prometiendo continuar el ciclo de endurecimiento monetario. En total, la tasa subió 450 puntos básicos.
En sus últimas previsiones para este año, el banco central estimó la inflación en una horquilla de entre el 5,0% y el 6,5%, frente al 11,9% del año pasado. Y afirmó que espera que vuelva al objetivo del 4% en 2024. Pero por ahora, basándose en los fundamentos, es probable que el dólar siga subiendo.