Según un estratega de mercado de Crescat Capital, Tavi Costa, la volatilidad ha aumentado en los mercados ya que la Reserva Federal mantiene una postura agresiva y continúa empujando la economía hacia una recesión. El costo del oro en comparación con las acciones y los bonos lo convierte en una herramienta ideal para la diversificación de la cartera.
Costa dice que los precios del oro podrían subir por encima de los 2.000 dólares la onza, ya que el mundo continúa lidiando con tasas de interés más altas, presiones inflacionarias crecientes y una economía mundial que se ahoga en deudas.
Hay tres componentes, o riesgos, para la economía mundial que podrían respaldar los precios del oro. Primero, el gobierno de los Estados Unidos puede dejar de cumplir con sus obligaciones de deuda. Aunque este riesgo es bajo, permanece dentro del ámbito de la posibilidad. En segundo lugar, una recesión provocada por el endurecimiento de la Reserva Federal. En tercer lugar, el nivel de deuda de EE. UU., que ha provocado una venta masiva en el mercado de bonos.
Según Costa, la recesión podría persistir durante gran parte de 2023. Su investigación destaca que la curva de rendimiento no solo es la más invertida en la historia reciente, sino que el 90% de la curva está invertida, lo que significa que las tasas a largo plazo son más bajas que las de corto plazo. rendimientos en todo el espectro.
Cuando el 70% de la curva de rendimiento se invierte, los inversores compran oro y venden el S&P 500.
Sin embargo, según la investigación, los compradores extranjeros de deuda estadounidense se encuentran actualmente en su nivel más bajo en los últimos 19 años.
Actualmente, las compras de oro por parte del banco central han cambiado fundamentalmente el mercado de metales preciosos. El hecho de que los bancos estén comprando oro subraya aún más la desglobalización y la necesidad de mantener activos neutrales.
A medida que aumentan las tasas de interés en todo el mundo, también aumenta la volatilidad en los mercados de divisas. En tales condiciones, los bancos centrales necesitan incrementar sus reservas con una mayor cantidad de metales preciosos.
Históricamente, el oro representó alrededor del 40% de todas las reservas mundiales. A principios de la década de 1980, el oro representaba más del 70% de las reservas de divisas. Según la investigación, si las reservas de oro de los bancos centrales vuelven a los promedios históricos, tendrían que comprar 3,2 billones de dólares en el metal precioso.
2022 fue un año preocupante para todos. Actualmente, para la diversificación, es recomendable tener no más del 30% en acciones, 20% en renta fija, 30% en oro y 20% en una canasta amplia de productos básicos en la cartera.