Es probable que la continua debilidad del dólar respalde al oro a lo largo de 2023, especialmente porque el metal ya abrió el año con un aumento del 5 %. Además, el dólar ha caído casi un 10,5 % desde que alcanzó un máximo de 20 años en septiembre.
La creciente incertidumbre geopolítica también pesa sobre el dólar, lo que afecta su papel como moneda de reserva mundial. Cada vez más países comienzan a pensar que EE. UU. podría usar la moneda como arma para tomar represalias contra futuras violaciones de otros países. Además, a medida que evoluciona este nuevo orden mundial, puede haber menos demanda de bonos del Tesoro de EE. UU., lo que le permite a EE. UU. mantener su estilo de vida basado en el déficit.
Junto con la debilidad del dólar estadounidense, también existe la amenaza de la inflación, lo que hace que el oro sea una cobertura atractiva. Muchos analistas creen que la Fed aún debe controlar la inflación.
El aumento de la deuda pública, que ha alcanzado los 31,3 billones de dólares en deuda pública, equivalente al 124 % del PIB, también se está convirtiendo en un gasto importante. La demanda sostenida de materias primas, incluso con una recesión inminente, respaldará el aumento de la inflación.
Aunque el oro tiene un gran potencial en 2023, la clave para precios más altos sigue siendo la demanda renovada de los inversores.