La OPEP+ decidió el domingo no modificar las cuotas de producción de sus miembros en su última reunión.
El grupo había acordado en noviembre recortar sus cuotas en un total de 2 millones de bpd, un recorte real de 1 millón de bpd en respuesta a unas perspectivas económicas más débiles.
La decisión provocó la ira de la administración de Biden, que pidió repetidamente al líder de facto de la OPEP, Arabia Saudí, que aumentara la producción de petróleo mientras Estados Unidos luchaba por reducir los precios al por menor de los combustibles.
Ahora, la decisión de mantener el tope de producción coincide con la fecha de inicio del embargo de la UE al petróleo ruso, así como con la limitación de precios respaldada por el G7 y Australia.
Esta decisión refleja la imprevisibilidad de la oferta y la demanda en los próximos meses.
Sin embargo, quizá lo más importante sea que la OPEP+ ha acordado programar su próxima reunión en febrero, y después de febrero la siguiente en junio. Hasta ahora, la OPEP+ se ha reunido todos los meses para coordinar la producción.
Si a partir de ahora las reuniones son menos frecuentes, significa que la política actual no cambiará.