Durante la reunión del FOMC en marzo, la Reserva Federal aumentó la tasa de fondos federales clave en 25 puntos básicos en su primer aumento de tasa desde 2018. Con esta medida, la Reserva Federal comenzó a pasar de una política monetaria altamente acomodaticia a una política monetaria restrictiva. El regulador estadounidense aumentó las tasas de interés en cada una de las siguientes reuniones del FOMC. En mayo, la Fed aumentó las tasas en 50 pb, seguido de dos movimientos consecutivos de 75 pb en junio y julio. Como resultado, la tasa de interés en EE.UU. subió del 0,25% al 2%.
La Reserva Federal se quedó atrás de la curva y dudó en aumentar las tasas de interés ya que la inflación creció al ritmo más rápido en 41 años. La Fed creyó erróneamente que el aumento de la inflación era transitorio y que disminuiría en un corto período de tiempo. Como resultado, el regulador estadounidense se verá obligado a iniciar un ciclo de ajuste muy agresivo en el corto plazo.
Como nos muestra el gráfico de inflación de EE.UU. de enero de 2020 a julio de 2022, el IPC ya alcanzaba el 8,5% cuando la Fed comenzó a aumentar las tasas de interés. Durante un largo período de tiempo, la Fed ignoró el crecimiento descontrolado de los precios.
En abril de 2022, tras el primer movimiento de tipos de la Reserva Federal, la inflación se redujo ligeramente del 8,5% al 8,3%. Tras tres aumentos de tipos, alcanzó un máximo del 9,1 % en junio, alcanzando el nivel más alto en 41 años, antes de caer al 8,5 % en julio.
Mientras tanto, el índice del dólar estadounidense subió anteayer a unos 109 puntos, su nivel más alto en 20 años. En marzo, el USDX estaba en 99,26. Según el gráfico, el índice del dólar estadounidense posiblemente podría incluso probar la marca de 120, que alcanzó en 2002 después de superar 109 en 2000.