El euro hizo varios intentos de recuperarse, pero actualmente no hay señales claras de una reversión alcista. El dólar estadounidense mantiene su terreno aunque su tendencia alcista no es estable.
La próxima subida de tasas prevista para marzo y todo 2022 ya ha sido descontada por los mercados. Al mismo tiempo, la postura de la Fed sobre la política monetaria puede resultar aún más agresiva de lo que se esperaba anteriormente. Según Reuters, el regulador estadounidense subirá la tasa de interés clave tres veces este año, a partir de marzo, a 0,75-1%. Casi la mitad de los encuestados por Reuters esperan que la Fed suba la tasa al menos cuatro veces en 2022. Esto es bastante típico de la Reserva Federal. Por ejemplo, en 2020, el banco central hizo lo mismo de manera muy agresiva.
También existe una visión alternativa según la cual el banco central de EE. UU., así como otros reguladores globales, no pueden ser demasiado agresivos en la lucha contra la inflación. Sin embargo, las señales confirman lo contrario.
Dado que los operadores se preparan para medidas más duras de la Reserva Federal, los rendimientos del Tesoro de EE. UU. están aumentando, lo que empuja al dólar al alza. Actualmente, este es el impulsor más fuerte para la moneda estadounidense. Al mismo tiempo, el estatus del billete verde como cobertura contra la crisis del coronavirus está desapareciendo lentamente. Con la variante Omicron, que se considera menos peligrosa y se espera que acabe con la pandemia, los gobiernos están levantando las restricciones y tratando de que sus economías vuelvan a la normalidad.
Esta es la razón por la que el crudo Brent subió a 88 dólares estadounidenses por barril. Por otro lado, la demanda de combustible está disminuyendo en medio de una nueva ola de Omicron. Aún así, la perspectiva de los operadores para el petróleo sigue siendo positiva, ya que esperan ver una recuperación después de que disminuya el aumento de Omicron.
Europa también se beneficiará del fin de la pandemia, pero allí el progreso es muy lento. Por lo tanto, el euro resta importancia a este factor. A la primera señal de mejora, el euro intentará recuperar sus pérdidas.
El jueves, el índice del dólar estadounidense se recuperó desde el mínimo diario de 95,40. El primer objetivo alcista para los alcistas es el nivel de 95,83. En la actualidad, USDX se mantiene por encima de 93,19, manteniendo el sesgo alcista.
El euro hizo varios intentos de entrar en la zona verde pero no lo consiguió. La cotización del EUR/USD no logró alcanzar el primer objetivo alcista y volvió al canal lateral a largo plazo donde estuvo atascado durante casi dos meses. Una ruptura al alza falló, lo que indica una débil actividad alcista.
Si los alcistas del euro no logran establecerse por encima de 1,1385 al final de la semana, es probable que el par vuelva a probar los mínimos anteriores. Tan pronto como los vendedores rompan por debajo de 1,1314, el precio se deslizará aún más hacia abajo. En este caso, los objetivos bajistas más cercanos serán 1,1210 y 1,1040.
El jueves, los operadores se centraron en los datos de empleo en los EE. UU. El informe semanal sobre solicitudes iniciales de desempleo es de gran importancia para los mercados. Su última lectura mostró que la última ola de Covid-19 puso presión en el mercado laboral.
El número de nuevas solicitudes aumentó en 55.000 desde la lectura revisada de la semana pasada y ascendió a 286.000, mientras que los analistas pronosticaron una disminución a 220.000. Este fue el ritmo de crecimiento más rápido desde julio y la lectura más alta desde mediados de octubre.
Los datos de Alemania también desalentaron a los inversores. El PPI de diciembre aumentó un 5% en un mes y un 24,2% anual. La razón detrás de esto sigue siendo la misma: el aumento de los precios de la energía y las interrupciones en la cadena de suministro. Mientras tanto, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, se abstiene de tomar cualquier medida. El jefe del regulador dijo que no había nada de qué preocuparse ya que la inflación en la UE y EE. UU. se estaba desarrollando de manera diferente.
Los operadores obtendrán más pistas de las actas de la reunión de diciembre del BCE. Los mercados ya saben que el regulador finalizará su programa PEPP en marzo y lanzará el Programa de Compra de Activos (APPI) en el segundo y tercer trimestre del año.
A juzgar por las minutas del BCE, el regulador espera que la inflación sea mayor y se mantenga por más tiempo. Los miembros del consejo de gobierno señalaron que estaban listos para actuar si las presiones inflacionarias resultan ser más persistentes. Además, los funcionarios del banco advirtieron contra una reversión prematura del programa de estímulo monetario y la compra de activos. En general, el consejo estuvo de acuerdo en que la zona del euro todavía necesita un apoyo sustancial de la política monetaria.