Los bancos centrales mundiales están acelerando el fin de las medidas de estímulo. Se espera un aumento en la demanda de activos defensivos

Varios bancos centrales celebraron reuniones programadas sobre política monetaria a la vez, lo que forma una tendencia general hacia la reducción de las medidas de estímulo. La mayoría de los pronósticos se confirmaron con cambios mínimos, pero algunos fueron sorprendentes.

El Sistema de la Reserva Federal de EE. UU. fue el primero en hacer un movimiento, y logró llevar a cabo su decisión generalmente bastante difícil sin disturbios significativos en los mercados financieros, lo cual es una buena señal.

El pronóstico promedio supone un aumento de 75 puntos en 2022, y el pronóstico del primer aumento se desplazó de junio a mayo. Se esperan al menos 3 aumentos más en 2023, pero la tasa al final del ciclo debe establecerse en un nivel neutral. El gráfico de puntos parece bastante agresivo.

En cuanto al momento de la reducción de las compras de bonos, no hay sorpresas aquí: como los miembros del Comité insinuaron anteriormente, la Fed duplicó el ritmo de finalización de la EC de $15 a $30 mil millones por mes y completará el programa en marzo de 2022 .

Ha habido cambios significativos en la redacción con respecto a la inflación, lo que confirma que la palabra "temporal" ha salido del texto, y probablemente para siempre. Este cambio en la terminología agrega un enfoque agresivo adicional a la posición de la Fed. Las previsiones de inflación y desempleo se revisaron ligeramente, el desempleo está medio punto a la baja y las expectativas de inflación son ligeramente superiores. Pero, en general, estos cambios no afectarán la evaluación de las perspectivas del dólar estadounidense.

Estas perspectivas se están volviendo confiadamente alcistas, y el hecho de que los mercados de divisas reaccionen con bastante lentitud solo indica que se esperaban cambios. No obstante, la Fed está por delante de otros bancos centrales y el dólar estadounidense recuperará su ventaja a largo plazo.

Lo que sorprendió fue el Banco de Inglaterra, que elevó la tasa base en un 0,15% hasta el 0,25%. La probabilidad de tal movimiento antes de la reunión era de alrededor del 33%, pero el Banco de Inglaterra se vio obligado a darse prisa, sin considerar los riesgos asociados con el Omicron. Como dijo el director ejecutivo del BoE, Bailey, en una conferencia de prensa, "el Reino Unido tiene un mercado laboral muy difícil y presiones inflacionarias más sostenidas". La inflación debería alcanzar el 6% el próximo año, lo que es significativamente más alto que el pronóstico anterior del 5%. Sin embargo, la inesperada decisión no ayudó a la libra, el crecimiento frente al dólar estadounidense fue débil ya que solo se prevén 2 subidas para 2022, es decir, la Fed presumiblemente superará al Banco de Inglaterra en la normalización. La libra no recibió ninguna razón para una reversión al alza, permaneciendo en el canal descendente. La resistencia de 1,3400 presumiblemente en el medio del canal es poco probable que se rompa y representa un nivel conveniente para reanudar las ventas.

El BCE no pudo encontrar ninguna razón para tranquilizar a los operadores y el euro se está convirtiendo en un extraño en el mercado de divisas. Se espera que el BCE complete el PEPP en marzo, la previsión de reinversión del PEPP se ha extendido un año "al menos" hasta diciembre de 2024. En cuanto a la APP, el BCE dejó abierta la cuestión, comprometiéndose a incrementar el ritmo de compras (para compensar la pérdida de PEPP) La previsión de inflación se ha revisado significativamente al alza en 2022 y 2023. El mercado evaluó los resultados del BCE como un intento de mantener la flexibilidad para reaccionar ante cambios en la situación, lo que ejercerá presión sobre el euro en el contexto del sesgo agresivo de otros bancos centrales. Se puede suponer que el par EUR/USD seguirá cayendo. El objetivo a largo plazo cambiará a los mínimos del comienzo de la pandemia, concretamente en 1,06.

Cabe señalar también que se llevaron a cabo reuniones de otros bancos centrales, que resultaron ser bastante agresivas. El Banco de Noruega elevó la tasa en 0,25%, señalando el próximo aumento en marzo de 2022. El Banco Central de México elevó inmediatamente la tasa en 0,5%, reaccionando a un aumento de la inflación a casi 7,5%, y existe la posibilidad de otro aumento en un 0,5%. El SNB mantuvo las tasas sin cambios, pero elevó significativamente el pronóstico de inflación, lo que sugiere la posibilidad de una respuesta rápida en caso de que los precios continúen creciendo.

En general, debe tenerse en cuenta lo siguiente. El proceso de salida de la política ultra blanda de los bancos centrales mundiales se está acelerando. Esto probablemente conducirá a una caída de los índices bursátiles y a un aumento de la demanda de activos protectores. El dólar estadounidense lidera este proceso y sigue siendo el principal favorito del mercado.