La situación en los mercados, que se está formando esta semana, confirma plenamente los crecientes temores entre los inversores de que la Fed pueda comenzar a subir las tasas de interés, no en la segunda mitad del próximo año, sino en la primera.
Desafortunadamente, el banco central estadounidense continúa ejerciendo una fuerte influencia en la dinámica de los mercados financieros mundiales, mientras permanece en el centro del sistema financiero global. El fuerte crecimiento de la inflación en Estados Unidos y los problemas económicos de carácter sistémico, que las autoridades locales denominan "ruptura de cadenas de suministro", provocan un aumento de la escasez de bienes, lo que solo contribuye al aumento de la presión inflacionaria en el país y, como resultado, incitará a la Fed a tomar medidas activas.
La reacción de los mercados a estas expectativas es inequívoca: una caída en los índices bursátiles y un aumento en la demanda de activos protectores, que tradicionalmente incluyen el yen, el franco, el oro y los bonos del gobierno en los últimos 10 años. En este sentido, la reacción de los mercados el miércoles es indicativa. La expectativa de la próxima ola de COVID-19, la desaceleración del crecimiento económico mundial en medio de una mayor presión sobre la inflación llevó a un fortalecimiento local de las monedas de refugio seguro, un aumento en la demanda de oro y bonos del gobierno.
Al mismo tiempo, el dólar estadounidense se está frenando de una caída grave por la expectativa de un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos. Pero los precios y los activos de las materias primas bajaron, estimulados por las preocupaciones generales sobre la sostenibilidad de la demanda en medio del debilitamiento del crecimiento económico en China y Estados Unidos.
Como se pensaba anteriormente, la expectativa de un cambio en la política monetaria de la Fed desestabilizará los mercados, aumentando la volatilidad, lo cual es una consecuencia directa de la incertidumbre sobre cuando será el inicio del proceso de subida de tasas. Este factor es el principal y creemos que su impacto será global, al menos hasta la publicación de los valores de inflación de Estados Unidos actualizados para noviembre, que se presentarán en diciembre.
¿Qué nos depara el día que viene?
Creemos que la alta volatilidad en los mercados continuará. Si los datos presentados hoy sobre las solicitudes de beneficios por desempleo resultan no ser más altos que el pronóstico de 260.000, entonces esto puede respaldar localmente los índices bursátiles en América y Europa, lo que puede servir como base para un aumento limitado en la demanda de activos de riesgo. En esta ola, el dólar estadounidense puede estar bajo presión frente a las principales monedas, con la excepción del yen. Mientras tanto, los precios del crudo intentarán recuperarse parcialmente y el precio del oro se ajustará a la baja. Al mismo tiempo, si los valores del número de aplicaciones resultan ser notablemente más altos, esto conducirá al proceso opuesto presentado anteriormente.
Pronóstico del día:
El par EUR/USD permanece bajo una fuerte presión, pero puede recuperarse parcialmente hasta el nivel de 1,1385 después de subir por encima de 1,1335 si los datos laborales de EE. UU. no son más altos de lo previsto. Pero, en general, seguimos esperando que el par siga cayendo.
El par USD/JPY se cotiza por encima del nivel de 114,00. Una mejora en la confianza del mercado puede llevar al par a un crecimiento local en 115,00.