El miércoles, la Fed dejó en claro que puede comenzar a reducir el apoyo que ha dado a la economía estadounidense durante la crisis a mediados del próximo mes, ya que cada vez más responsables de las políticas están preocupados de que la alta inflación pueda persistir más tiempo de lo que se pensaba.
Con la economía recuperándose a su ritmo más rápido en décadas este año y la inflación excediendo la zona de confort de la Fed, el presidente de la Fed, Jerome Powell, y sus colegas quieren comenzar a reducir el programa de compra de bonos.
Las actas establecen que la Fed reducirá las compras de bonos del Tesoro en $10 mil millones por mes, y también reducirá las compras de valores respaldados por hipotecas en $5 mil millones por mes.
Si la decisión de iniciar la reducción se toma en la reunión de la Fed del 2 al 3 de noviembre, el proceso puede comenzar a mediados de noviembre o mediados de diciembre.
Debido a la inevitable reducción de las compras de activos, la atención se está dirigiendo ahora al cronograma de los próximos aumentos de las tasas de interés.
Según las promesas de la Fed, las tasas de interés deberían permanecer cercanas a cero hasta que la economía se recupere por completo, mientras que la inflación no debería superar el 2%.
El banco central estableció estos parámetros cuando la inflación estuvo cayendo por debajo del 2% durante muchos años, y su aumento se consideró un gran problema, no un disuasorio.
Pero ahora, puede surgir el problema opuesto, ya que la demanda reprimida de los consumidores contribuye a un mayor gasto en la economía de reciente apertura y las empresas que experimentan dificultades debido a problemas de suministro se están quedando atrás.
En los pronósticos publicados con la declaración de política el mes pasado, la mitad de los responsables de la formulación de políticas de la Fed creían que sería necesario un aumento de las tasas antes de fines del próximo año, pero uno predijo el primer aumento en los costos de los préstamos antes de fines de 2023.
Una pregunta clave para los inversores, así como para los millones de estadounidenses que aún no pueden encontrar un trabajo, es si las autoridades aumentarán las tasas antes para detener el aumento de la inflación, sacrificando potencialmente las ganancias del mercado laboral.
Powell minimizó la probabilidad de que se viera obligado a hacerlo, sin embargo, la situación podría ir en su contra.
El gobierno de Estados Unidos también informó ayer que los precios al consumidor en el país aumentaron un 5,4% en 12 meses. Lo más probable es que la Fed tenga que empezar a subir las tasas en septiembre del próximo año.