Una ballena desconocida ha transferido más de 12.000 millones de dólares en BTC y ETH a una plataforma de criptomonedas: ¿qué peligro supone para el mercado?

La cuota de las instituciones en el mercado de las criptomonedas ha aumentado considerablemente en los últimos seis meses. El interés de las grandes empresas por las monedas las hace más equilibradas y predecibles, pero el mercado todavía tiene que aprender los entresijos de esta presencia masiva de inversores institucionales en las criptomonedas. Por ejemplo, los analistas temen que el actual crecimiento de la ETH no tenga nada que ver con los minoristas, sino que se deba enteramente a las grandes empresas. La situación con la primera criptomoneda es similar, ya que, conforme a los datos, más del 50% de todas las transacciones en la red bitcoin provienen de direcciones que tienen al menos 10.000 BTC en sus carteras. En este sentido, por un lado, una afluencia tan grande de institucionales influye activamente en el desarrollo del mercado, pero, al mismo tiempo, también hay quienes pueden utilizar su influencia para un enriquecimiento rápido y muy perjudicial para el mercado.

Según los informes, se han transferido más de 12.000 millones de dólares en BTC y ETH a los intercambios de criptomonedas desde una o más direcciones. Se sospecha que una sola ballena podría estar realizando las colosales infusiones. Probablemente, este tipo de inversiones están diseñadas para generar beneficios rápidos, invirtiendo antes de que el mercado suba y fijándolos en un momento determinado. En opinión de los analistas de Santiment, este tipo de acciones de las ballenas en el pasado generaron un " dumping " y anteriormente provocaron un " pico local " en el mercado. A corto plazo, esto impulsa la demanda en el mercado y provoca un fuerte aumento de los precios y las comisiones. Al mismo tiempo, cabe destacar que los volúmenes de operaciones prácticamente no han variado. Todo esto crea una zona de amortiguación entre el valor real del activo y los índices actuales del mercado. Debido a esta divergencia, los osos pueden ejercer una influencia adicional en las cotizaciones y agravar la corrección.


Eso fue exactamente lo que ocurrió con el par BTC/USDT, cuando el bitcoin se desplomó a más de 2.000 dólares poco después de la colosal transferencia. Simultáneamente, el Ethereum se desplomó hasta el soporte de 3,1 mil dólares. Estas manipulaciones, además de generar divergencias, ejercen una presión adicional sobre los precios de las criptomonedas. Después de recoger los beneficios provocados por el "dumping", los institucionalistas comienzan a fijar las ganancias, ejerciendo una presión adicional sobre las cotizaciones de las criptomonedas. Los efectos secundarios de estas transacciones incluyen el aumento de la volatilidad del activo, así como el aumento de las correcciones y las pérdidas provocadas por el cierre de posiciones en las plataformas de criptomonedas.



El principal problema de estas manipulaciones es su rapidez y la falta de una base real de crecimiento. Los operadores institucionales, a diferencia de los minoristas, no necesitan consolidar sus esfuerzos para desencadenar un boom de precios local y enriquecerse. En la situación actual, todo ha funcionado. A pesar del intento de "plump and dump", el BTC y el ETH están empezando a recuperarse. Con todo, el principal peligro de estas operaciones es la situación del mercado en el momento de su ejecución. El sentimiento actual del mercado ha impedido que el precio del "bitcoin" caiga por debajo de la línea de soporte alcista. Sin embargo, en circunstancias menos favorables y con una participación más activa de los osos, tal empresa podría ser un requisito previo para la ruptura de importantes niveles de soporte y, a largo plazo, un amplio cambio de tendencia. Lo mismo ocurre con el ETH, que podría romper los 3,1k dólares y agudizar la caída más allá de la marca redonda, desencadenando pérdidas entre los operadores del mercado.


El mercado está empezando a adaptarse a este tipo de avaricia, que será cada vez más común a medida que las principales criptomonedas se institucionalicen. De momento, una cosa es cierta: a pesar de la reducción del público minorista del BTC y ETH, la volatilidad de estos activos no disminuirá. Esto se debe al hecho de que los grandes operadores, con un control aún mayor, seguirán influyendo en los precios de las monedas y utilizarán el sentimiento del mercado en su beneficio. El caso de la transferencia de 12.000 millones de dólares en ETH y BTC es una viva confirmación de ello. Al mismo tiempo, la propiedad institucional de bitcoin sigue creciendo. MicroStrategy adquirió recientemente otros 3 mil bitcoins por 177 millones de dólares, y el número total de ballenas ya supera el 50%.