Este fin de semana, el Congreso de los Estados Unidos celebró otra votación de procedimiento para aprobar el paquete de desarrollo de infraestructuras. Hay que recordar que el paquete de medidas prevé actualmente una inversión de 1 billón de dólares en infraestructuras durante los próximos 10 años. Si bien este paquete se financiaba con subidas de impuestos a los estadounidenses ricos y a las grandes empresas, ahora se ha reducido a la mitad y se desconocen las fuentes de financiación. O sea, que se volverá a pedir prestado todo el billón de dólares, o parte de él, y la Fed imprimirá todo el dinero que necesite. Al menos eso es lo que parece ahora mismo. No cabe duda de que este paquete será aprobado por el Congreso en un futuro próximo. Ayer 68 senadores votaron a favor y 29 en contra. Con todo, el proyecto de ley necesitará varias votaciones más en el Senado y la Cámara Baja antes de llegar a Joe Biden para que lo firme. Es posible que todavía haya que hacer algunos cambios, pero son cuestiones menores. El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, ha asegurado que el Congreso no entrará en receso hasta que tome una decisión definitiva sobre el paquete de "infraestructuras". No olvidemos que en los próximos cinco años se gastarán unos 550.000 millones de dólares en infraestructuras. Se gastarán 110.000 millones de dólares en puentes y carreteras, 39 - para modernizar el transporte público, 42 - para actualizar puertos y aeropuertos, 55 - para modernizar el sistema de agua dulce, 65 - para proporcionar a los estadounidenses Internet de alta velocidad, 73 - para desarrollar sistemas de transporte de energía limpia. Pero al mismo tiempo, los expertos estadounidenses ya han calculado que si el plan se aplica en la forma en que está ahora, provocará un crecimiento del déficit presupuestario federal de 256.000 millones de dólares durante los próximos 10 años. Es cierto que el Senado considera que todos los costes acabarán por recuperarse y aportarán no sólo beneficios, sino también ganancias. Pero la mayoría de los expertos siguen opinando que se trata de otro billón de dólares que se sacará de la nada y que no hará más que aumentar la carga de la deuda en Estados Unidos. Cabe recordar que, según las últimas cifras, la deuda nacional total de Estados Unidos supera los 28 billones de dólares y el 130% del PIB. En estas circunstancias, la moneda estadounidense, en nuestra opinión, debería seguir cayendo en valor, pero los índices bursátiles estadounidenses pueden seguir subiendo mientras la Fed siga imprimiendo dinero e inyectándolo en la economía.