Otro billón de dólares para la economía estadounidense.

Los principales índices bursátiles de EE.UU. bajaron ligeramente el lunes, pero en general siguen estando cerca de sus máximos históricos y podrían romper nuevos en cualquier momento. En general, los tres principales índices, el S&P 500, el Dow Jones y el NASDAQ Composite, se mantienen en una tendencia alcista. Y con anterioridad hemos dicho por qué es así. En primer lugar, la Fed sigue comprando bonos y valores respaldados por hipotecas en el mercado abierto, saturándolo de liquidez. Y todo el efectivo fluye inmediatamente hacia las acciones más rentables, que pueden proporcionar beneficios a sus inversores en el futuro. Incluso no se trata de beneficios por dividendos, sino de beneficios por el crecimiento constante del valor. Prácticamente todas las empresas estadounidenses tienen ya dividendos por debajo de la inflación actual. Por ello, es muy difícil beneficiarse del pago de dividendos en un futuro próximo. Con todo, dado que los inversores tienen pocas posibilidades de elección y que la renta variable es el instrumento de inversión más común, es el mercado de valores donde el capital sigue fluyendo.

Simultáneamente, el Senado de Estados Unidos acordó un nuevo paquete de ayudas para la economía estadounidense. Antes aparecía con el nombre de "infraestructura". Cabe recordar que Joe Biden propuso dos paquetes de estímulo para la economía estadounidense, cada uno de unos 2 billones de dólares. Como podemos ver, la versión final del primer paquete es dos veces menor. Pero aún no hemos visto el segundo paquete, el "paquete social". El paquete de "infraestructuras" se centrará en inversiones en carreteras, puentes, puertos, Internet y otras instalaciones durante los próximos 5-8 años. Vale la pena señalar que la fuente de formación de este paquete son los ingresos fiscales previstos, pero no la captación de préstamos. En otras palabras, el gobierno estadounidense no se endeudará aún más para financiar este paquete de 1 billón de dólares. Por supuesto, no podemos juzgar de dónde saldrá el dinero. En Estados Unidos les gusta vivir a crédito, y el importe de la deuda nacional en Estados Unidos ya es mayor que su PIB. En resumen, Estados Unidos debe más dinero del que vale su economía. Es justo decir que aproximadamente la mitad de la deuda se debe a ellos mismos. Sencillamente, el gobierno de EE.UU. le debe a los inversores estadounidenses, a varios fondos de EE.UU., a la Reserva Federal, etc. Por ejemplo, Estados Unidos le debe a China o a Japón apenas un billón de dólares a cada uno, lo cual no es mucho. Por tanto, es poco probable que el impago amenace a Washington. Además, el dinero se utiliza para mejorar las infraestructuras, lo que atraerá a nuevos inversores a Estados Unidos en el futuro. Asimismo, la Reserva Federal puede imprimir casi cualquier cantidad de dinero sin temor a la hiperinflación porque el dólar sigue siendo la moneda número uno del mundo. En todo caso, la economía de EE.UU. sigue acelerándose y lo hará durante los próximos años.