Según los cálculos de la agencia de calificación S&P Global Ratings, la imposibilidad de un contrato completo entre Londres y Bruselas para cuando el Reino Unido saliera de la UE podría provocar una recesión en la economía británica y una disminución en la evaluación de las obligaciones de deuda del país.
Según las previsiones de los expertos de S&P Global Ratings, en ausencia de un acuerdo entre los estados, la economía británica enfrentará una recesión moderada, que comenzará pronto, pero puede demorar años. Los expertos no excluyen que el volumen del PIB del Reino Unido disminuirá un 1,2% el próximo año y un 1,5% en 2020. La agencia espera un aumento del desempleo en el país por encima del nivel del 7% para 2020 en ausencia de un acuerdo con el Unión Europea.
Recordemos que las negociaciones entre Londres y Bruselas están perplejas debido a las dificultades experimentadas por el Reino Unido y la UE para alcanzar un compromiso en la frontera con Irlanda del Norte, una de las claves del proyecto de acuerdo sobre el retiro de la Unión Europea. Sin embargo, S&P Global Ratings confía en que las partes podrán llegar a un acuerdo.
"La ausencia de un acuerdo cuando el Reino Unido abandone la Unión Europea llevará a una recesión moderada de un año. Más tarde, la economía volverá a crecer, pero su ritmo será insignificante. Para 2021, la producción económica total en el país será 5.5% más bajo que en el escenario de una salida ordenada de la UE. En ausencia de un acuerdo, las valoraciones económicas, fiscales, de deuda y de comercio exterior del Reino Unido estarán bajo presión", dijo la agencia.
Los expertos de S&P Global Ratings señalan que si se implementa el peor escenario, la calificación crediticia actual del Reino Unido puede disminuir. En este momento, la agencia está evaluando las obligaciones de deuda del país en el nivel "AA" con una perspectiva negativa. Una opinión similar con respecto a la calificación y la perspectiva económica se adhiere a la agencia Fitch. Recordemos que ambas compañías, S&P y Fitch, redujeron la calificación crediticia soberana de Gran Bretaña en junio de 2016, luego de un referéndum sobre el tema del retiro del Reino Unido de la UE.